¿Podrían ser las Soluciones basadas en la naturaleza una solución para los problemas a los que se enfrenta actualmente el Mar Menor? Acorde a una investigación realizada por profesores de la Escuela de Agrónomos de la UPCT, junto a otros investigadores, todo apunta a que efectivamente, son una herramienta innovadora y cada vez más en auge que podría paliar los impactos sobre el Mar Menor.
Antes de continuar, déjenme ponerles en contexto apoyándome en la definición establecida por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), que establece que las Soluciones Basadas en la Naturaleza (SbN) son un nuevo concepto que recoge todas aquellas acciones, enfoques o procesos que se apoyan en los ecosistemas y los servicios que estos proporcionan para resolver problemas como el cambio climático, la seguridad alimentaria, el riesgo de desastres o la gestión de los recursos, a la vez que generan múltiples beneficios para la sociedad y la biodiversidad. Además, otra característica fundamental, es que pueden ser combinadas con otras acciones, como la iniciativa legislativa popular para dotar de personalidad jurídica al Mar Menor.
La investigación, recogida en el artículo “The case of Mar Menor eutrophication: state of the art and description of tested Nature Based Solutions”, publicado en la revista internacional Ecological Engineering 158, 106086, propone mejorar el uso del territorio en el Campo de Cartagena y paliar los impactos sobre el Mar Menor a través de cuatro estrategias basadas en Soluciones Basadas en la Naturaleza (SBN). En general, el Mar Menor es muy vulnerable al cambio climático, la presión urbanística y a vertidos como la salmuera (el vertido que resulta tras la desalación del agua) o lixiviados agrícolas, ambos cargados de nitratos procedentes de fertilizantes químicos. En el caso del sector hídrico, la UICN establece que existen un gran abanico de soluciones, que se apoyan en los ecosistemas, para dar solución a estos desafíos, logrando llegar un paso más allá de las meras obras de infraestructura.
La primeria estrategia propuesta se centra en la reducción de nitratos y otros nutrientes a partir de una mejora de la fertilización, manejo del suelo y ordenación del territorio. En este sentido, lainclusión obligatoria de las Soluciones Basadas en la Naturaleza dentro los planes de ordenación del territorio y usos del suelo a distintas escalas ayudarían a acelerar la implantación de estas medidas propuestas.
La segunda estrategia se basa en la desnitrificación de salmueras de las desalobradoras y lixiviados agrícolas en biorreactores de madera para reducir el contenido en nitratos, así como el tratamiento de aguas superficiales combinando los biorreactores de madera con humedales artificiales para la depuración y mejora de la calidad, asegurándose de que no causen problemas y se eliminen otros potenciales contaminantes. Además, cabe resaltar que la depuración y mejora de la calidad del agua a través de humedales artificiales esta identificada por la UICN como una solución efectiva para los problemas relacionados con la gestión del agua.
Como última estrategia, pero no menos importante, apuestan por preservar y restaurar los humedales costeros naturales del entorno de la laguna salada como una solución para frenar estos impactos y aumentar la resiliencia frente al cambio climático, ya que la reforestación o restauración contribuye a la estabilización de cauces de ríos y a la prevención de inundaciones.
En definitiva, son necesarios grandes cambios para lograr frenar los impactos a los que se enfrenta en la actualidad el Mar Menor pero las Soluciones Basadas en la Naturaleza son acciones que presentan un gran potencial para poner solución a los mismos, además de que contribuyen a preservar la biodiversidad, a un desarrollo económico sostenible y ponen en valor los servicios que los ecosistemas ofrecen a la sociedad. Este tipo de acciones, basadas en la infraestructura verde, son las que se deben priorizar si queremos recuperar el Mar Menor de cara a medio plazo y no soluciones basadas simplemente en la construcción, que suponen un impacto y una mayor presión sobre el ecosistema.
Cristina Cabrera Arjona
Voluntaria de Abracemos al Mar Menor
salmarmenor@gmail.com
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